Una decoración de interiores en Estocolmo que mezcla las influencias locales con lo industrial.
La casa incluye tres habitaciones, una cocina lo suficientemente grande como para estar relajados en un ámplio espacio y por supuesto su sala. Como dato extra una de las habitaciones cumple funciones de Mezanine. Es una casa que nos encanta en cada paso que damos en ella, asombrándonos sobretodo por la frescura que se percibe y el ambiente típico de las costumbres de Suecia.
Los elementos que se imponen fuertemente son las ventanas grandes que le dan un toque de personalidad además de crear una atmósfera relajante y amigable.
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