A la hora de elegir una determinada tapicería hay que tener en cuenta que el tejido sea cómodo, práctico y resistente. En principio todas lo son; su duración dependerá de cómo se apliquen.
Una tapicería de diseño llamativo puede sustituir a muebles y elementos ornamentales.
Fibras artificiales: Son el poliester, los acrílicos, el nylon, y todas las derivadas del petróleo. Son tejidos muy resistentes y sobre todo prácticos, se lavan sin problemas, no encogen y su precio es muy asequible. Por sus características y porque ofrecen una amplia gama de estampados se emplean mucho en las habitaciones de los niños.
Si se opta por las Fibras naturales, no hay cuidado. El mercado ofrece una gran variedad de tejidos, colores y diseños que, en muchos casos se mezclan con fibras sintéticas para aumentar su resistencia y disminuir los inconvenientes que puedan presentar los tejidos naturales.
El algodón por ejemplo es una fibra natural que se emplea mucho en todo tipo de tapizados. Es muy resistente y se fabrica en infinidad de estampados y coloridos. El único inconveniente radica en que si no va mezclado con fibras artificiales encoge al mojarlo.
El lino responde a las mismas características que el algodón en cuanto a precio, resistencia y variedad, pero tambien merma al lavarlo. Por eso hay que plancharlo mojado.
Si se busca lo cómodo y lo práctico las tapicerias de seda natural no son las mas recomendables. Tienen una duración mínima ya que se trata de un tejido muy delicado.
Las tapicerías de lana, por su alta calidad, sirven también para revestimientos de paredes. Tiene unas excelentes cualidades de resistencia al envejecimiento y a las manchas, asi como una elasticidad y una suavidad natural y permanente a pesar de su utilización. Para conseguir la máxima duración se recomienda la limpieza en seco.
En la actualidad, y con el fin de obtener los mejores resultados, las técnicas modernas combinan las fibras naturales con las artificiales.
Así por ejemplo, el terciopelo ofrece muchas posibilidades. Puede fabricarse de poliéster y otras fibras sintéticas, de algodón, de lino. El terciopelo de poliéster y el de lino son tejidos muy resistentes. Pueden limpiarse en casa y no hay peligro de que el pelo se chafe. Por el contrario, el terciopelo de algodón si se chafa al lavarlo, pero la duración es la misma. Dada su resistencia, estos tres tipos de terciopelo serían los indicados para las habitaciones de los niños. Pero se trata de un tejido en los que apenas hay estampados. Otra variedad es el terciopelo de lana. Se puede utilizar en todo tipo de tapizados, como paredes, muebles, sofás, cómodas, tresillos, etc. De alta calidad y agradable al tacto. El único inconveniente: su elevado precio. El «summum» en terciopelo lo constituye el fabricado el seda.
En cuanto a los rasos, los que se hacen a partir de fibra artificial son resistentes y no presentan ningun tipo de problemas. Los de fibras naturales se arrugan mucho y encogen cuando se mojan.
El damasco se utiliza principalmente para tapizar muebles de diseño clásico. Los hay de seda, lino, algodón o fibras artificiales. Son resistentes, pero no muy prácticos, ya que no se lavan bien y además, una vez que se han mojado, la calidad disminuye notablemente.
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